“No lo he dejado dormir” es una frase común cuando recibo llamadas o visitas al consultorio de mamás que su niño se acaba de dar un golpe en la cabeza.
La mayoría de las veces que un niño se golpea su cabeza, posterior a ello tiene un periodo de llanto intenso, por lo que al pasar este llanto y calmarse es esperado que muchos niños quieran dormir.
Afortunadamente la mayoría de los golpes en la cabeza de un niño no tendrá consecuencias de gravedad.
La cabeza de los niños está casi casi diseñada para recibir golpes, los huesos de los bebés o niños pequeños son blandos, su cráneo está formado por múltiples huesos que aún no están soldados entre ellos, por lo que se pueden desplazar uno sobre otro, absorbiendo muy bien los golpes.
Se necesitan generalmente golpes de alto impacto para generar un daño grave en la cabeza de un niño, hablamos de caídas alturas de 2 metros o accidentes automovilísticos, aunque otros golpes o caídas menores no deben subestimarse.
¿Es malo que se duerma después del golpe en la cabeza?
Se tiene la idea que después de recibir un golpe en la cabeza al paciente no se le debe dejar dormir, porque si se duerme puede tener complicaciones por el golpe como caer en coma, esta creencia es totalmente errónea.
Si a un niño le va a suceder algo grave después de golpearse la cabeza, le va a suceder lo deje o no lo deje dormir, eso no cambiará nada.
¿Entonces por qué dicen que es malo que un niño se duerma después de un golpe en la cabeza?
Es cierto que la somnolencia puede ser un dato de alarma, pero la somnolencia no es que le de sueño a un niño, mucho menos si esto es después de que estuvo llorando intensamente o más aún si ya es su hora habitual de dormir.
Somnolencia: el niño se queda dormido, se puede despertar ante los estímulos, se puede mantener despierto mientras se le estimule, pero una vez que el estímulo cesa el paciente se queda dormido inmediatamente, y así se repite cada vez que se estimule.
Estupor: el niño se queda dormido pero no responde a los estímulos para despertarlo, solo responde brevemente ante estímulos intensos, pero no puede mantenerse despierto.
Si hay un daño dentro de la cabeza del niño secundario al golpe no cambiara nada si se deja o no se deja dormir al niño.
Datos de alarma posterior a un traumatismo en la cabeza:
• Perdida del conocimiento o estado de alerta
• Estupor o somnolencia
• Vómitos en proyectil, el niño vomita sin nauseas o arqueo (muchos niños con llanto intenso pueden vomitar pero lo harán con náuseas y arqueo)
• Movimientos anormales o convulsiones
• Visión doble o borrosa
• Un dolor de cabeza intenso que no cede
• Confusión, no reconoce familiares, habla incoherencias
• Cambios en su comportamiento habitual
• En lactantes irritabilidad, rechazo a la vía oral
Si va a suceder algo grave secundario a un golpe en la cabeza se espera que suceda inmediatamente después del golpe, conforme pasan los minutos y las horas, si no sucedió nada, cada vez será más difícil que algo pase, sin embargo lo mejor es estar pendiente del menor vigilando datos de alarma por 24 a 48 horas.
El niño debe tener prácticamente un comportamiento habitual, más allá del dolor normal que pueda tener por el golpe en su cabeza.
Ante cualquier duda lo mejor es acudir a una revisión médica.

Soy el Dr. Víctor Hugo Espinoza Román, infectólogo Pediatra, Egresado del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” realizando en este Hospital las especialidades de Pediatría e Infectología Pediátrica, a 10 años de iniciados los blogs infectologiapediatrica.com y tu-pediatra.com donde trato de poner información confiable al alcance de médicos y padres de familia